domingo, 24 de mayo de 2009

Sobre las elecciones

Después no se quejen

Las próximas elecciones del 28 de junio han generado varias situaciones extrañas que dan cuentas del momento que pasa el país. El primer debate, en torno a las llamadas “candidaturas testimoniales”, desnuda el circo que es, desde hace tiempo, la política argentina. Se pierde el tiempo en la discusión de su validez o no, en cuestiones legales, que poco interesan a los electores. La oposición, hace eso, decir no a esto no a aquello, pero no propone. No están en discusión las ideas. El “modelo”, ¿que será eso del modelo?

“La historia es cíclica”, “los argentinos no tenemos memoria”, son frases escuchadas varias veces. Carlos Menem gobernó la Argentina por diez años, pero esto parece haber sido una obra de David Copperfield o a lo sumo del mago Emanuel. Es que nadie lo apoyó, ni los políticos que lo acompañaban, ni los empresarios, ni los periodistas, ni el pueblo. Nadie. La burbuja económica, la frivolidad, la corrupción, son todas marcas registradas de aquellos años. Pero por suerte se acabó. ¿No? No son reales los dibujos en los índices del Indec, ni los cuestionables viajes de la Presidenta, y todos sabemos donde está Julio López.
No pasó mucho tiempo de aquel “que se vayan todos”, la cosa mejoró un poco, y se quedaron casi todos. El sistema político argentino siempre estuvo acostumbrado a dos grandes partidos, el PJ y la UCR. Entre sus candidatos se definía el gobierno nacional. Con la caída de la Alianza en 2001 el radicalismo quedo hecho añicos, y el PJ solo tiene recuerdos de lo que fue el peronismo real. Estos partidos se valían de sus figuras para concentrar a los votantes. Eran capaces de convencer, de convocar. Hoy la gente descree de la clase política, entonces sucede esto de armar listas como sea. Los candidatos testimoniales existen porque no hay quienes sean capaces de ocupar ese lugar y ganar la elección. Se faranduliza con candidatas como Nacha Guevara y tienen que aparecer nombres conocidos para que sean votados esos partidos. Una especie de engaña pichanga bien argentino. No importa quien esta atrás, quien es suplente, quien va a ocupar el cargo. Imagínense que anuncien un show de los Beatles y al llegar toquen The Beats, o alguna otra imitación. Lo que importa es el nombre, no lo que hay detrás. Frente al oficialismo tenemos al rejunte opositor. Una Coalición de denuncias, presentaciones a la justicia y mucho bla bla, pero de proyectos serios nada. Ni hablar del Pro peronismo que tiene como hijo no reconocido a Felipe Solá haciendo campaña solo mientras “Mauricio” y “Francisco” graban las publicidades.
Es increíble, pero aunque no parezca se trata de una elección legislativa, importante si, pero no definitoria, aunque Mariano Grondona y sus amigos quieran que sea así. Y de repente se esperaba el cierre de las listas como se espera la navidad para abrir los regalos. Los medios empiezan a jugar su papel. Francisco de Narváez se pasea por su canal (América 2), y hasta aparece en el programa de Jorge Rial. La presidenta Cristina Fernández le concede entrevistas a Telefé (del grupo Telefónica) y Malnatti – debate ético a un lado - se encarga de escrachar en Telenoche a un desdibujado Aníbal Ibarra. Pero el plato fuerte es sin duda el Gran Cuñado, un debate nacional. Otra excusa más para evitar hablar de lo que realmente importa.
Esta es la situación: la política se ha transformado en cuestión de figuritas. Ocupar un cargo que dé popularidad, tener plata para la publicidad o ganar adeptos por ser la opción “menos peor”. No hay construcción de bases, la militancia real se reemplazo por clientelismo barato. No hay ideas, y menos ideales. Se nos hizo creer que la política es algo malo, y por eso no tiene que interesar.
La construcción de un espacio de cambio puede empezar desde varios lados, y en todo caso un partido político es la concreción de ese espacio con el fin de poder pelear la legitimidad. La política, para bien o para mal, es la que define nuestros días: trabajo, precios, libertades, seguridad, etc. Hasta que la revolución libertaria o algún otro tipo de cambio nos libere es importante fijarse que es lo que uno mete en la urna. No falta mucho para el 28, tengan los ojos bien abiertos.

2 comentarios:

  1. "El pueblo quiere saber de que se trata" cuentan los libros de historia que se gritaba en las calles de un Bsa AS lluvioso y sin paraguas.
    Todavia no nos respondieron... el problema es que quizas, ya dejamos de reclamar esa respuesta.
    Besos Bycho!
    y si, a tener los ojos abiertos...
    "se trata de ir haciendo algo mientras llega la hora delos pueblos" reza una autora favorita mia..
    a ver que hacemos!

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  2. Para pretender un cambio en "los de arriba" hay que redefinir las bases de nuestra sociedad. La misma que hoy en dia, solo está compuesta por "individuos" a los que poco les importa el que esta del otro lado. Solo cuando esta situación se revierta se podrá vislumbrar el inicio de una verdadera transformación.
    A tener los ojos abiertos... con el de al lado, para lograr lo único que puede ayudarnos, la unión.
    La respuesta está en nosotros.

    "Together we stand, divided we fall"

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