viernes, 15 de octubre de 2010

Rayos de luz esperanzadora

La sociedad toda, conmocionada ante los incesantes casos de inseguridad que hasta amenazan con poner en peligro el mismísimo Censo Nacional, comienza a dar signos de un ávido instinto de supervivencia, llevando adelante iniciativas que en la profunda razón de su ser entienden el complejo entramado que posee este problema, y apuntan a políticas a largo y corto plazo.


Pensar a futuro es algo esencial para toda sociedad, porque los problemas de hoy no empezaron hoy, sino hace algunos –no muchos- años atrás. Esto debe haber pensado el sacerdote chubutense que se encargaba de llevar adelante el brillante proyecto de la “policía infantil”. “La idea es sensacional, no sé como no se nos ocurrió acá”, dijo un funcionario del Gobierno bonaerense.

“En lugar de perder tiempo con estos gordos come pizza ponemos pendejos de entre 9 y 14 años, que son de la misma edad que los que salen a robar hoy, e incluso podemos hacer que se infiltren en estas complejas bandas delictivas”, explicó. El exultante funcionario recordó que la Policía Bonaerense 2 “salió a la calle en seis meses, con fierros y patrulleros nuevitos y anduvo joya”. “El delito bajó una bocha, lo que pasa ahora es porque muta”, contó, por lo que consideró que “a los pendejos con tres meses les alcanza para estar en las plazas y san-se-acabó la inseguridad”.

No sólo en las tierras del conurbano la idea fue bienvenida, el territorio gobernado por Mauricio Macri también ve con buenos ojos este plan de policía infantil. “Como anillo al dedo nos vendría, como un Cromañón en gestión de Ibarra. ¿Sabés que bueno hubiera sido para el quilombo de las escuelas?”, plantearon desde el ministerio porteño que supo tener entre sus filas al espía Ciro James. “Les metíamos dos mini canas en cada colegio y a la mierda las tomas y la reivindicaciones edilicias, ni hubieran hecho falta las listas negras que les pedimos a los directores”, dijo la fuente que prefirió anonimato porque “el entrepiso no está para pogos”.

La ola de astutas propuestas de involucrar a la juventud en materia de seguridad no se queda ahí nomás, y el gran Congreso de la Nación avanza en dos formidables proyectos. El popular diputado salteño de la campera amarilla, Alfredo Olmedo, impulsa una idea que solamente podría surgir de su iluminada y abierta mente -cabe recordar que aclaró que la cola la tiene “bien cerrada”, salvo por aquel accidente en moto-. El salteño propone la vuelta del servicio militar obligatorio, pero eso sí, con un costado comunitario.

“No se trata de poner mano dura, sino de hacer que todos esos pibitos que están desamparados sepan lo que es correr limpiar y barrer”, argumentó un asesor del legislador, y explicó que la intención es “que los jóvenes sepan que no todos pueden tener el ojete de manejar el formidable negocio familiar de la soja y encima cobrar un sueldo del Estado”.

La otra iniciativa, que ya fue aprobada por el Senado, es la del Servicio Cívico Voluntario, apoyada por el ala cobista del radicalismo. “Es mentira que es una estigmatización de los pobres, lo que pasa es que no incluimos a los niños ricos porque ellos tienen papis que les pueden comprar un título y darles lugar en sus empresas”, sostuvieron desde el despacho presidencial de la cámara Alta.

"El proyecto es muy beneficioso para este sector relegado, les damos la oportunidad de que en lugar de ser cartoneros como sus padres puedan aprender oficios, ser albañil garpa mucho más”, dijo la misma fuente mientras twitteaba desde su IPhone. Sobre la implementación de la medida explicó que “nadie mejor que las Fuerzas Armadas para dar clases a jóvenes en riesgo, porque ningún lugar es mas seguro que un cuartel o una comisaría”.

“Esto es beneficioso para todos porque estos chicos pobres seguramente alguna experiencia con armas tienen, y en una de esas les pica el bichito patriótico, se pasan de bando, y terminan engrosando las filas de nuestras fuerzas de seguridad”, dijo el asesor con tono esperanzado. Para él, el rechazo al proyecto surge porque “este gobierno rencoroso, revanchista y resentido no se quiere amigar con los militares, como si en estos años no hubieran dado sobradas muestras de democratización”. “¿Cuándo hace que no se muere un soldado porque lo hicieron bailar, eh?”, esgrimió.

Dichosas serán las futuras generaciones, quizás no tan futuras, si estos grandes proyectos nacionales y transformadores prosperan. Les deparará un país dónde los jóvenes no sean unos inútiles, sino que sean grandes albañiles capaces de revocar las paredes de cualquier colegio venido a menos por el paso del tiempo, y no tendrán que recurrir a infames medidas para reclamar derecho alguno, porque habrán aprendido a subordinarse a la autoridad, como Dios y la Patria se lo demandan.



3 comentarios:

  1. Me gusto mucho Bycho tu artículo.

    Nati

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  2. que haces bicho....loco hace rato que que leo tus articulos pero nunca te los comente,asi que ahora te lo comento....me va mucho como escribis sabes que no soy seguidor de la politica y todas sus ramas pero estas siendo mi diario informativo segui asi que se te nota la pasta que llevas adentro....
    y bue nada mas un abrazo amigo....

    ahhh cuando quieras que te conceda una entrevista avisa con tiempo asi acomodo mi agenda...

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