viernes, 10 de diciembre de 2010

“Salgamos a las calles a tomar lo que es nuestro”

Mientras escribo esto el ministro de Seguridad de la Ciudad dice por tv que esta tarde murió otra persona en el Parque Indoamericano, o sea que los muertos ya son tres. Pareciera que un diciembre en Argentina no es diciembre si no hay muertos. Ahora muchos se dan cuenta de la “ausencia del Estado”, de mafias, y un montón de novedades. La semana pasada nada de eso existía, todo andaba bien.


Por las informaciones que los canales transmiten, siempre tomadas con pinzas, está bastante claro que la movilización de la gente que ocupó el predio -¿cuántos sabían que existe?-, no fue espontánea. Alguien llevó a esa gente con promesas de uno de los anhelos más grandes de la mayoría de los ciudadanos: el del techo propio. Haya sido una operación para joder al Gobierno nacional o al revés, para complicarlo a Macri –como si hiciera falta complicar a un tipo que se complica con un simple bigote-, ambos gobiernos quedaron muy mal parados. La ineptitud de Macri con una policía que no sirve ni para contener una crisis nerviosa, y la mezquindad de Cristina para dejar que todo se prenda fuego con tal que Macri quede mal.

Lo que todos reclaman es la intervención de la Federal, desalojar el predio, como si los hasta entonces dos muertos no alcanzaran. Hay que defender el “espacio público” de la amenaza extranjera que trae droga, delincuencia e inseguridad. Ahora descubrió Macri que hay mafias que trabajan dentro de las villas, y la culpa, obvio, es de la inmigración. Uno podría calificar de desacertados los dichos de Macri sobre una “inmigración descontrolada”, pero no es mas que la expresión del lugar común de la ideología de derecha. Hace más de un año comparaba desde este mismo lugar a Macri con el premier italiano Silvio Berlusconi, y hoy también podríamos agregar a Nicolás Sarkozy. Cuando hay problemas se mira al extranjero, sucede hoy en España con los argentinos, y ni hablar con los que ingresan desde África. La inmigración es un problema global, el sistema colapsa en todos lados y no hay forma de contener las desigualdades que genera.

Volvamos a las pampas. Una vez más es la muerte la que sacude la basura que estaba debajo de la alfombra. Primero fue el tema de los empleados tercerizados, después los pueblos originarios y ahora los inmigrantes -y nativos- sin techo. El famoso enfrentamiento de “pobres contra pobres”, o de clase media contra pobres. “Que se los lleve Feinmann –el periodista- a vivir al country a ver si le gusta tener a los bolivianos al lado”, decía un vecino de Soldati. Está todo bien con los extranjeros mientras nos vendan las verduras para nuestra dieta saludable, construyan nuestras casas y las pinten, o cosan la ropa barata que compramos en La Salada, pero que no vengan a exigir derechos. Los políticos van tratando de tapar los agujeros como pueden, para ir zafando y así ganar elecciones. No hay políticas serias en materia habitacional ni para los pobres ni para nadie, ni de la Nación, ni de la Ciudad.

El noticiero de canal 7 carga contra Macri y todo parece resumirse en su xenofobia y falta de política -ambas ciertas-, pero nada se dice del asqueroso manejo en busca de rédito político que el Gobierno Nacional hace de la situación mientras la gente se sigue matando en la calle. Celebremos el acuerdo del MERCOSUR, pero hagámonos cargo de que no nos sirve de nada la hermandad legal si no hay una conciencia real de unidad y respeto. La culpa no es del otro que trata de vivir como puede, las respuestas tienen que venir del Estado, es él quien primero nos priva de nuestros derechos, y después nos reprime y nos mata.

Lamentablemente la gente que tomó las tierras no estaba organizada, y al escucharlos se nota su nivel de ignorancia. No conozco el uso que la gente le da o no a ese predio, y no voy a negar que la instalación de un asentamiento devalúa las propiedades cercanas y genera nichos de delincuencia. Ahora bien, la delincuencia se combate con educación y trabajo, no con complicidad estatal. Y el valor económico de algo no puede ser superior a la vida de una persona que vive a la intemperie. “La tierra no es de nadie y es de todos”, dice la canción que dejo a continuación. El reclamo tiene que estar dirigido a quienes corresponden, que tanto se llenan la boca hablando en sus campañas. Tomemos sus casas, sus countrys, y que ellos duerman en la calle. Basta de hipocresía política.







1 comentario:

  1. estaba escribiendo el comentario más largo del mundo... mejor me lo guardo como excusa para un café o un helado mejor...

    Buen post! y gracias por siempre invitar a la reflexión...

    Salut!

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