miércoles, 19 de enero de 2011

Todos Somos Raros

Primero tengo que admitir que pasé toda una tarde riéndome de ese texto tan mal escrito, y no es que uno sea Shakespeare, pero esa chica parece vivir en un mundo de fantasía en el que –a juzgar por comentarios de su “página oficial”-, nadie se atreve a decirle que eso está mal, y no desde el punto de vista creativo, sino desde la mera lógica y técnica. Pero no se trata sólo de un texto, me hace pensar en cómo nos vemos y cómo elegimos mostrarnos al mundo. Evidentemente ella está tan feliz con su producción como para darla a conocer, ¿entonces por qué alguien tendría que robarle esa felicidad?

El mundo está lleno de parámetros impuestos, y no me interesa discutir sobre estereotipos sociales, o corrección política. Acordamos que del aspecto físico de una persona no dependen sus capacidades o su potencial intelectual, pero no seamos hipócritas y digamos también que hay feos y lindos, y que la vida transcurre en la división en distintos grupos. La infancia es una de las épocas más terribles, la crueldad y sinceridad de los chicos juntos causan desastres en las personalidades de lo futuros adultos.

Ser distintos –e insisto que no me refiero a discapacitados-, es una marca. Aquellos que tenemos la suerte de ser “normales” y haber encajado en los grupos más o menos populares debemos estar agradecidos. A raíz del blog de esta chica me preguntaba cómo será sentirse fuera de lo considerado normal. Probablemente no les importe, o a lo mejor sí, y por las noches lloran en sus habitaciones abrazados a su almohada. No me interesa hacer el trabajo de un psicólogo (eso se lo dejo a Ali), pero no parece que esté bien alguien que quiere resaltar aspectos familiares intrascendentes para parecer importante, que se expresa en una forma casi infantil.

Nos burlamos de freaks que sólo en las series de tv son copados y divertidos, en la realidad nos cagamos en ellos. ¿Pertenecer a qué? Queremos que nos vean de una determinada manera, que nos consideren “grosos” o talentosos, agradar, gustar, calentar. A veces es por una cuestión de autoestima -todos queremos sentirnos “lindos”-, pero otras es por la falta de la misma. Como dice la canción de Attaque: “Acostumbrado a buscar, el amor propio por fuera”. La verdad no ofende pero duele, y lo más difícil es enfrentarse a uno mismo.

Pensaba que esta chica deber creer en lo que hace, y ser feliz en su mundo, en su realidad. Pero si hay otra realidad, ¿qué pasará cuando sus planetas choquen? Quizás no ocurra nunca, pero seguro que si pasa va a ser como un big bang y no algo agradable. Tiendo a pensar que sería mejor que alguien la lleve a la tierra de a poco, para que otros no se rían como lo hice yo. Y no es sentimiento de culpa ni nada parecido. Pero creo que a lo mejor todos vivimos inmersos en lo que creemos que somos y lo que queremos ser. Y a lo mejor en eso estamos totalmente perdidos y nadie nos lo dice. Y en una de esas todas estas palabras a modo de reflexión son simplemente pavadas.







1 comentario:

  1. Las reflexiones nunca son pavadas...

    Duro pensarnos como fuera de la realidad y la necesidad que alguien nos lo diga (ouch) pero cada quien mira desde su balcón y ahí lo difícil de decir qué realidad vemos...

    una propuesta a pensar la suya...

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