martes, 29 de marzo de 2011

Arrancó la temporada 2011 de circo mediático político

¡Ay! Que difícil tratar de escaparle al blanco y negro que imponen, o intentan imponer, desde el poder los políticos y los grupos económicos que, oh casualidad, son dueños de medios. Investigaciones de la Justicia, amenazas de paro, libertad sindical vs. libertad de expresión (y de empresa), elecciones sospechosas, alianzas contradictorias y un sinfín de coloridas historias: comenzó el año electoral en la Argentina.

Ni una película de Steven Spielberg, ni un show de U2 o un acto del Cirque du Soleil están a la altura de las puestas en escena y los espectáculos que un año como este 2011 pueden llegar a depararnos. El “ataque” perpetrado al matutino Clarín que impidió su circulación tiene varias aristas de las cuales algunas están en discusión y otras no tanto. A esta altura del enfrentamiento entre el Gobierno y el multimedio de Noble Herrera parece poco astuto darle de comer a todo el arco anti k con una medida tan tonta como un bloqueo, pero por otro lado, la huelga o este tipo de medidas son realizadas por trabajadores en distintos rubros, sin que a nadie se le ocurra convertir el tema en una catástrofe.

Si de trabajadores de prensa se trata –como también en empresas de informática o comida rápida-, la libertad sindical no existe, o existe solo en un sentido platónico y no empírico. Esto –y hablo por experiencia propia- sucede tanto en grandes multimedios como en pymes periodísticas. El hecho de que la gente no haya podido leer el Clarín el domingo es una lesión a la libertad de elección, pero no de información, porque hay otros medios para informarse, y hoy Clarín esta en la calle, no está proscrito. Si de libertad de expresión se trata los periodistas de Clarín deberían poder ser libres de escribir lo que quieran, como por ejemplo los análisis de ADN de los hijos de la dueña de la empresa.


La medida se hizo contra una empresa, no se permitió que difundiera su producto, no contra los periodistas. Es sabido que las formas que el poder –sea político, militar, policial, gremial o empresario-, tiene de “apretar” –como Clarín lo llama- son otras, no bloquear un camión. Es menos conflictivo amenazarte de muerte a vos y a tu familia que hacer algo tan notorio como impedir la circulación. Quienes hoy se rasgan las vestiduras no se vieron tan preocupados por el asesinato del periodista de Mundo Villa TV, Adam Ledezma.


La patética “oposición” política sale a aprovechar la volada de una manera muy triste reclamando la acción de la ministra de Seguridad mediante la Policía Federal, y quiere pedirle explicaciones por no ordenar la represión del corte, pero no actuaron con la misma severidad para pedirle al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, responsable de la Federal cuando asesinaron a Rubén Carballo, que explique qué fue lo que pasó; y la misma comisaría hoy es responsable por la muerte de un hincha de San Lorenzo.


La explicación de la actitud de legisladores como Silvana Giudici (UCR), Patricia Bullrich (Coalición Cívica) o Gustavo Ferrari (Peronismo Federal), está en el rédito mediático que obtienen de hacer declaraciones de ocasión. Ser amigos de los multimedios como Clarín y La Nación les garantiza rotación y entrevistas complacientes en un año electoral. Si lo mismo ocurriera –como debe ocurrir-, con algún diario independiente del interior del país el revuelo no sería el mismo. Clarín tiene poder, y los candidatos saben –como lo sabía Néstor Kirchner- que es mejor tenerlo como amigo que como enemigo.


El grado de hipocresía tiene su máxima expresión en Francisco De Narváez. El diputado y empresario colombiano posee un diario y es accionista del canal de televisión América 2, en el que el programa “Tres poderes” fue levantado luego de una incisiva entrevista al legislador del Peronismo Federal. Así y todo en el día de hoy se lo podía ver reivindicando la libertad de expresión. Y no solo son los dirigentes de la derecha los que dan vergüenza, otros que se asumen como centro izquierda, como es el caso de Fernando “Pino” Solanas, salen a hacer declaraciones sin siquiera estar al tanto del tema por estar llegando de un viaje, y encima después habla de “censura”, en una época en que los medios publican cualquier barbaridad sin siquiera ponerle una firma a la nota. El afán de protagonismo puede más que la responsabilidad que un dirigente debe tener frente a la sociedad.


Si de censura y libertad de expresión se trata, los legisladores debieran ocuparse de sancionar una ley que prohíba el otorgamiento de pauta oficial según afinidades políticas, pero ni en eso pueden acordar. O quizás se hubieran interesado en perfeccionar el proyecto sobre Papel Prensa impulsado por el Gobierno. ¿Cuántos de estos legisladores se encargaron de investigar por qué se produjo el cierre del diario Crítica? Les preocupa que la ministra Garré no cumpla una orden judicial de desalojar el bloqueo pero no prestan atención a las trabas que la misma justicia impone a una norma sancionada por la casa que representan, como es la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.


El periodismo se ganó el mote de cuarto poder por su capacidad de influir en el ánimo social. La actual “sociedad de los medios masivos de comunicación” amplió ese panorama brindando la oportunidad de informarse por otros canales, y a la vez dio lugar al bombardeo (des)informativo. Los multimedia como Clarín coparon diarios, revistas, radios, televisión, cable e internet, y desde ahí venden productos de sus socios comerciales, ya sea mediante publicidades o dando “noticias” que respondan a sus intereses. Ante esto, presenciamos el surgimiento de un multimedia de oposición, lanzado por el Gobierno y sus empresarios amigos. Incluso, más listos que el viejo monopolio, se lanzaron a conquistar nuevos espacios con los llamados “blogueros K”.


Nadie va a esperar que Nelson Castro haga un informe sobre la identidad de Marcela y Felipe Noble de Herrera, así como nadie se lo imagina a Orlando Barone admitiendo que el Gobierno no le puede soltar la mano a Hugo Moyano porque le para el país. La objetividad no existe, y por eso es importante la sinceridad, y la honestidad.


Las chances de que esto cambie en el corto plazo son nulas, por eso es importante que la sociedad desarrolle la capacidad de nutrirse de los distintos relatos para poder construir una visión propia de la realidad. Es más trabajoso que mirar las galas de Gran Hermano o twittear con el Blackberry nuevo, pero a la larga es más beneficioso para todos. Los invito.

4 comentarios:

  1. BRAVO. Por fin leo algo decente sobre el tema!! Y por fin retomás el blog, je.

    Mara

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  2. te falto falto otra municion gruesa
    hubo un muerto en cancha de velez
    y la afa le saco la injusta suspencion a galmarini cambiando el foco de la noticia del fin de semana
    tapa de ole, le quitan la amarilla a galmarini!
    o si leemos entre lineas, ole tapa con galmarini el muerto en cancha de velez

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  3. maestroo me encanta como escribis charro

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  4. Impresionante!!!! me encantó... cuando de periodismo se trata sos de mis favoritos (ok no solo por eso sos favorito)

    Muy buen pantallazo y "forma de ver la realidad"... esa realidad que se construye a través de los discursos... que todos hablemos y digamos, pero no como simples repetidoras, sino como constructores de opiniones y sosteniendo esas palabras con hechos... volvernos mñas empíricos ¿no? Sino es pura declamación y la catarsis sola no genera ni efectos ni cambios.

    Buenas muy buenas sus palabras!!!

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