lunes, 30 de mayo de 2011

No Fito, baires no es Madrid

Desde distintos medios, sobre todo desde los oficialistas, se intentó establecer un paralelo sobre los acampes en España con los hechos del 19 y 20 de diciembre de 2001, como si las situaciones fueran las mismas. Como primer punto se me ocurre pensar que los motivos, si bien de fondo pueden ser parecidos en cuanto una exigencia al poder político de justicia social, parten de lugares distintos y sobre bases distintas. Es cierto que España sufre una crisis producto del “capitalismo”, pero el mundo –salvo escasas excepciones- es capitalista, incluso Argentina, lamento decírselos. El gran estallido en 2001 se debió a la confiscación de los ahorros de la clase media, que una vez en la calle se vio protestando junto a los más desposeídos, que antes veía por la tele mientras saqueaban supermercados. Una vez pasado el horror, el piquete y la cacerola ya no fueron uno, y las asambleas de barrio caducaron. La consigna era que se vayan todos, casi como un pedido extremo de expresión libertaria, pero se quedaron todos.

En Madrid las consignas remiten mas a un Mayo del 68, y son puntuales: democracia real ya. El nivel social y el rol del Estado en Europa es distinto al local, no se trata de la típica comparación de que afuera todo es mejor, pero el reclamo es otro: no es que les devuelvan la plata del banco, y no porque en España no haya desigualdad, sino porque el piso es otro. “Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro”, dice uno de los puntos del manifiesto, me parece que la diferencia está a la vista. Esa proclama aquí –como también pasa allá-, sería vista como un panfleto izquierdista, y no como algo lisa y llanamente sensato.

La memoria argentina es muy volátil: Aníbal Fernández era ministro de Duhalde, uno funcionario y otro candidato actualmente. Tipos como Macri fueron los que vinieron a “renovar” la política. Kirchner se abrazaba con Menem y regalaba el petróleo de Santa Cruz. Es curioso que los argentinos reivindiquen la manifestación en España cuando hasta hace muy poco tiempo en la 9 de julio había un acampe de la comunidad Qom que reclamaba cosas mas o menos parecidas –“derechos básicos que deberían estar cubiertos”-, dicen en España-, e incluso mas factibles, puntuales y concretas, y sin embargo fueron largamente ignorados.

Estaría bueno que el Gobierno avise a partir de cuando se le puede exigir igualdad social, distribución de la riqueza, salud, educación, seguridad, etc. Los primeros 4 años había que arreglar el desastre que habían dejado el menemismo y la Alianza; los segundos cuatro había que poner en marcha el país; ¿entonces 4 años más mostrarán los frutos del crecimiento económico sostenido que nos salvó del caos mundial? El poder político se refugia constantemente en el lugar común acuñado por los yankees en la frase “no me culpes, yo sólo trabajo aquí”. Ellos siempre tienen una pesada herencia que levantar, sean del partido que sean.

El interesante artículo de Martín Caparrós censurado por Newsweek planteaba la disyuntiva de la Presidenta de ser candidata o no, en esos términos: un nuevo período la condiciona a tener que cumplir con sus promesas o a que vuele todo por los aires. ¿Que hacemos con Moyano, la inflación, la seguridad? Los derechos humanos como política de Estado son una sabia decisión, al igual que una ley que intente (porque por ahora solo agregó nuevos integrantes al oligopolio), democratizar los medios. Por más fuerte que pueda sonar, en algún momento Cristina va a tener que sacarse el traje de viuda, ¿y desde ahí qué? Siguiendo la línea de Caparrós, el hecho de que de la decisión de una persona sobre su futuro, dependa el futuro del país, es poco serio. Si no hay Cristina no hay Frente para la Victoria, no hay plan B como dijo el senador Pampuro, porque Scioli no es lo mismo.

¿Y desde enfrente? ¿Qué opción hay? Solanas y Macri metieron el rabo entre las piernas y se quedaron en la Ciudad, como para ver si desde ahí pueden, en un caso acceder al poder de una vez por todas, y en el otro quedarse con lo único a lo que puede aspirar sin apoyo del peronismo. ¡Ah pero falta una opción! La carta radical. ¿Se acuerdan que tenían como tres candidatos? Bueno quedó uno solo, el pobre Alfonsín que vendiendo el parecido con su padre aspira a generar confianza y ganar votos, pero como ni siquiera con eso le alcanza quiere sumar nada mas ni nada menos que a De Narváez, un ¿peronista? que el único atributo que tiene en su carrera política es haberle ganado a Kirchner en la elecciones legislativas, claro que con el apoyo de Duhalde. Ah, ¡Duhalde! Bueno, no hay mucho para decir: ya adelantó que va a cambiar la ley de medios, quiere ser el presidente del orden (las familias de Kosteki y Santillán recuerdan muy bien como pone orden Duhalde), más cárceles, etc.

Mientras escribía esto minimicé la pantalla y en otra ventana me aparecieron unas declaraciones de Carrió, la todopoderosa Elisa Carrió. “Binner no existe”, dijo la diputada casi como podría decirlo el ex arquero José Luis Chilavert. Carrió está rodeada de gente que labura, y quizás muchas de las denuncias que hace sean ciertas. Pero su soberbia, sus formas y su inconsistencia política la relegan a ser una más del montón. Ella, que esgrime como mérito haber sido la tercera fuerza en no me acuerdo ya que elección, ningunea al gobernador de una de las provincias más importantes del país, que acaba de obtener un fuerte respaldo de la gente en una elección interna en la que triunfó su candidato. Creo que eso define bastante a Carrió. Y Binner, bueno, no tiene chances de ganarle una elección al oficialismo, pero si decide dar la batalla es preferible hacerlo al frente que detrás del escudo de la UCR. Si será cachivachesco el sistema político argentino que si Cristina hoy tuviera que dejar su puesto por X motivo el que queda como presidente es ¡Cobos!

¿Que pasaría si lo jóvenes que no somos de La Cámpora –porque los hay eh- hoy nos instalamos en la Plaza de Mayo y exigimos una democracia justa en la que la gente no se muera de hambre en la calle; y exigimos trabajo, salud y vivienda decentes y no migajas de las sobras del poder político económico? ¿Sería hacerle el juego a la derecha? La vara con la que se miden las cosas desde algunos sectores no es para todos igual. ¿Ya se acabó el temita del trabajo esclavo? ¿O es que ahora hay que ocuparse de otros temas como reavivar la causa de las escuchas de Macri?

En algún momento las excusas se acaban, en España la gente salió a pedir explicaciones y a decirles a sus gobernantes cómo tienen que ser las cosas. La esperanza es que la propuesta se transforme en acción, que finalmente puedan ejercer sus derechos y que el espíritu no se diluya como pasó en Argentina. Cambiar la estructura política de este país es todavía más complejo, tiempo hay de sobra, pero algunos tienen más urgencia que otros, y a veces, se cansan de esperar.

1 comentario:

  1. Muy bueno como siempre.
    A mí me preocupa bastante que mientras en España se están cuestionando el bipartidismo capitalista, nosotros no podamos salir del personalismo. De candidatos que no actúen de acuerdo a las plataformas de sus propios partidos (el ejemplo más grotesco, UCR y CC votando en contra de la estatización de jubilaciones porque la ley proviene del FPV); de modelos de profundización de cambios tan serios y sólidos que se caen si la presidenta se baja; de alianzas forzadas por las encuestas (sí, ¡todavía hay gente que arma alianzas con partidos que no tienen un pito que ver! ¡¡y todavía hay gente dispuesta a votarlas!!). Tan poco duró el "piquete y cacerola" que la clase media porteña le dio cabida a un personaje como Macri, post moda Blumberg (y menos mal que se descubrió que no tenía título, que si no, era un firme candidato)... Mientras haya gente que sigue votando a Ricardito porque tiene cara de bueno y a Mauricio porque "total guita ya tiene y no va a afanar", mientras no exijamos ideologías y partidos serios, a mí me parece que no vamos a estar ni remotamente cerca de cuestionar el capitalismo en sí.
    Ojalá me esté equivocando con respecto a la Argentina, y ojalá que lo que surgió en España no se caiga tan fácil.
    Besos, Mara

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